miércoles, 12 de febrero de 2014

Merece la pena

Cuando cierro los ojos, veo las cosas mucho más claras que cuando los tengo abiertos.



Cuando me tapo los oídos, escucho los sonidos rebotando en mi cabeza.


Cuando callo, digo más que cuando hablo.


Por eso amo el silencio, la oscuridad, la noche, acostarme a altas horas de la madrugada, cerrar los ojos, dejar la mente vacía, concentrarme y escuchar los latidos del corazón, el día merece la pena, haya sido bueno o malo, por esos instantes de profunda tranquilidad.


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